viernes, 14 de mayo de 2010

El experimento de Milgram


Stanley Milgram, psicólogo en la Universidad de Yale, realizó una serie de experimentos en 1961 para estudiar el comportamiento del ser humano bajo condiciones de obediencia ante una autoridad, "Monté un simple experimento en la Universidad de Yale para probar cuánto dolor infligiría un ciudadano corriente a otra persona simplemente porque se lo pedían para un experimento científico" The Perils of Obedience (Los peligros de la obediencia. 1974) . Entre otros muchos sitios aparece descrito en la obra de Eduardo Punset "El Alma está en el Cerebro" y en su programa de Redes número 393 "Lavado de Cerebro".

El experimento consistía en seleccionar voluntarios para un supuesto "estudio de la memoria y el aprendizaje". Una vez seleccionados los voluntarios  se les dijo que el experimento consistía en someter a la mitad de ellos (A) a una prueba que intentaba mejorar su memoria castigando los fallos con descargas eléctricas que iban aumentando de intensidad, y la otra mitad (S) eran los que operaban la máquina que producía las descargas, todo ello supervisado por un experto de la universidad que era el que indicaba qué hacer en cada momento (E), los voluntarios estaban separados por un módulo de vidrio translucido. En realidad el conejillo de indias era el que pulsaba el botón de las descargas (S)  y el supuesto voluntario (A) era un actor, el verdadero objetivo era estudiar el daño que una persona normal era capaz de infligir a otra por el simple hecho de estar baja las ordenes de una autoridad.

Al supuesto voluntario (A) se le hacían unas preguntas  y cuando fallaba, el operador de la máquina (S) apretaba el botón de las descargas, a medida que se producían los fallos iban aumentando la potencia de las descargas y lo gritos y alaridos de (A), ante las objeciones del operador de la máquina el experto le conminaba a seguir por el bien del experimento.


En este experimento participaron 40 hombres, de los que 26 continuaron hasta el final (65%) y 14 se negaron a hacerlo. Entre los 26 que concluyeron el experimento muchos se sintieron incómodos y molestos al aplicar la descarga máxima.

Según el propio Milgram, cualquier persona puede ser obligada a hacer casi cualquier cosa a condición de que la eximan de su responsabilidd en el acto, cuando una autoridad le impone un comportamiento deja de juzgar críticamente la moralidad de sus actos.

Este experimento fue realizado posteriormente por distintos científicos en distintos lugares y a lo largo del tiempo con pequeñas variaciones pero con resultados similares.

Uno no sabe como actuaría en situaciones similares, aunque la verdad no pondría la mano en el fuego ni siquiera por mí. Uno cree que es una persona integra y recta donde predomina "el lado luminoso de la Fuerza" pero ante determinadas situaciones quién sabe si el "lado oscuro" es más poderoso.

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