viernes, 15 de marzo de 2013

El dios de cada uno

"El dios de cada uno. Por qué la neurociencia niega la existencia de un dios universal" de Francisco Mora doctor en Medicina por la Universidad de Granada y doctor en Neurociencias por la Universidad de Oxford, catedrático de fisiología Humana en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y con una amplia y extensa obra con más de cuatrocientos trabajos y comunicaciones científicas en el campo de la neurobiología y más de cincuenta libros publicados. 

Algunos le acusarán de reduccionista por afirmar que "dios es sólo una idea creada por el cerebro" pero no le podrán acusar que no se acerca al tema con rigor científico, a lo largo del libro pasa revista a la idea de dios y como esta ha ido evolucionando y cambiando con el hombre, de como el hombre es consecuencia de un proceso azaroso que se explica totalmente sin necesidad de un "dios creador", de como el hombre se relaciona con la realidad de la que forma parte a través del cerebro que en cierto modo crea esta realidad y dentro de estos procesos cognitivos aparece la idea de dios fruto del pensamiento mágico que si bien en un momento determinado de nuestra evolución fue útil, en los tiempos actuales aparece como obstáculo al desarrollo y progreso de la humanidad y mas viendo como las "políticas" y actuaciones desarrolladas por las religiones institucionalizadas son muchas veces el origen de los enfrentamientos entre los hombre. 

La portada del libro, en la que aparecen unos monjes budistas, puede llevarnos a engaño pues el libro se centra sobre todo en las religiones monoteístas y de tradición judeocristianas, así por ejemplo uno de sus capítulos se dedica a analizar las experiencias religioso-místicas de personajes influyentes de estas religiones como Abraham, Moisés, Pablo de Tarso, Francisco de Asís y Teresa de Jesús detectando en ellas síntomas de alucinaciones que podrían explicar en cierto modo sus comportamientos e ideas.

Libro atractivo, interesante, polémico y que gracias a las aportaciones provenientes del campo de las neurociencias amplia nuestra perspectiva sobre el fenómeno religioso y la idea de dios.


CONTRACUBIERTA.
La idea del Dios único y universal es muy joven. Nació a la vez que la escritura, hace apenas unos 5.000 años. ¿Por qué si el cerebro humano actual tiene una conformación anatómica idéntica a la del hombre de hace unos 15.000 años se tardó tanto en alumbrar la idea de Dios? ¿Se debe esta idea a Moisés? ¿Existió realmente Moisés? ¿Han contribuido las enfermedades mentales a consolidar las ideas sobre Dios? Si en esos tiempos hubiese habido la medicación antiepiléptica de nuestros días ¿hubiera sido Pablo de Tarso san Pablo y, sin su enfermedad, hubiera existido el cristianismo? ¿De dónde arrancan las concepciones de lo sobrenatural? ¿Qué es el pensamiento mágico? ¿Está Dios en el mundo real? ¿Qué es la realidad? 

En el mundo de hoy las ideas religiosas se desvanecen. Estamos entrando en la era de la post-religión. La Física sugiere un principio del Universo que no necesita de ningún Dios, ni tampoco Dios parece necesario para explicar el origen del hombre. La idea de Dios fue construida por el cerebro humano porque es útil a la supervivencia. Hoy la Neurociencia nos enseña que la idea de Dios se construye por los sistemas cognitivos del cerebro sin ninguna connotación especial ni sobrenatural, tal cual lo hace para otras ideas y buscando un propósito, aquel de la supervivencia. Dios no existe en el mundo. Dios no existe más allá de la existencia del hombre. Al hombre sólo le queda ese sentimiento último, personal, incomunicable con el que crea su propia religiosidad con la que nace y muere.
"Todas las culturas son mortales. Todas las religiones también. Todos son eventos culturales mortales, como mortales son los hombres que las producen. El cristianismo va a morirse, como ha muerto el marxismo. ¿Qué va a llenar el vacío? ¿Qué nos espera? ¿Qué va a nacer?" George Steiner.
ÍNDICE.
Prólogo.
A modo de introducción. Mirando al cielo sin esperanza.
1. DIOS.
2. SINTIENDO A DIOS CON LA MIRADA ROTA.
3. EL DIOS DE LAS IDEAS.
4. UNA VIEJA HISTORIA TERMINA Y OTRA NUEVA COMIENZA.
5. LAS RAÍCES DE NUESTRA HUMANIDAD.
6. FRÍO, LEONES Y AMANECERES.
7. ¿QUÉ ES LA REALIDAD?
8. RECONSTRUYENDO A DIOS EN MI CABEZA.
9. HA NACIDO EL DIOS DE CADA UNO.
10. ALGUNOS CIENTÍFICOS Y DIOS.
A modo de epílogo. a la búsqueda de un sentido.
Glosario. Bibliografía. Índice analítico.

TEXTOS.
"Pero ¿qué son los dioses? ¿cuando hablamos del Yahveh bíblico, egoísta, severo y castigador, nos referimos quizá también Él, tranquilo y amigo, o del Dios cristiano todo bondad? ¿Son todos una misma deidad? ¿Es la concepción de Allah la misma que la de Yahveh? ¿Eran Amón, Anubis, Apis, Osiris o tantos otros dioses del Antiguo Egipto lo mismo que Zeus, Apolo Artemisa, Hermes o Poseidón en la Grecia clásica, o Júpiter, Juno, Marte, Neptuno, Minerva, Mercurio o los pequeños dioses domésticos en la antigua Roma? Claramente no. Ni en su concepción ni en su historia ni en su significado. Porque cada dios ha sido concebido de una manera diferente por gentes diferentes e historias diferentes. Cada Dios ha estado unido a la vida y los aconteceres concretos dentro de una determinada cultura, pequeña o grande, con un significado diferente. Y es que, a poco que uno haga el esfuerzo de pensar sobre el origen de lo sobrenatural, no podría ser de otra manera, dado que casi cada cosa existente en el mundo y encontrada por el hombre en su entorno tenía su contrapartida sobrenatural." Pág. 28.
"Kant, quizá fuera definitivamente el filósofo más contundente al señalar que la razón no puede alcanzar la existencia de ninguna realidad que esté más allá de lo que alcanza la experiencia humana, lo que incluye la idea de Dios. Este argumentación es la famosa «ilusión trascendental» que Kant desarrolla en su obre la Crítica de la razón pura y en la que consideraba inválido todo razonamiento que clame haber alcanzad la existencia de Dios." Pág. 89.
"El cerebro humano es una consecuencia clara de la selección
natural, como quiera que ésta haya operado. Y el mundo «real» en el que vivimos es una consecuencia del constructo que hace el cerebro con sus códigos genéticos de funcionamiento a partir de los estímulos que recibe del «mundo externo». Con estas dos premisas se alcanza la conclusión inequívoca de que todo cuanto percibe o concibe el ser humano lo hace a través del trabajo de su propio cerebro. Consecuente de ello, poca duda cabe ya de que la experiencia religiosa, cualquier concepción religiosa, aun siendo una conducta única y diferente a la que desarrollan todos los demás seres vivos no humanos que pueblan la tierra, es una actividad cerebral como cualquier otra actividad o experiencia intelectual humana, sea ésta la creación de una obra literaria, una hermosa escultura o un excelso juicio moral. todo tiene su asiento último y definitivo en el cerebro y su funcionamiento." Pág. 174.
"La filosofía y en ella la razón pura no alcanzó a encontrar a Dios. La
ciencia ha llegado más lejos y tampoco lo ha encontrado. La física sólo llega al Bing Bang como origen del universo y no necesita de ningún Dios para explicar ese origen. La biología, con su evolución desde un remoto desconocido, tampoco necesita a ningún Dios para la creación del hombre. La neurociencia ya, ahora, alcanza a ver a Dios sólo como una idea construida por los sistemas cognitivos del cerebro sin ninguna connotación especial más allá de como lo hace otras ideas, como la belleza o la moral. No hay, pues, realidad alguna de Dios. Dios no existe más allá de la existencia del hombre." Pág. 239.

VIDEOTECA



3 comentarios:

  1. "Nunca alcanzaremos la verdad" dice y añade que lo percibido por los sentidos es la realidad, aunque reconoce que esa realidad percibida no va más allá de ser un constructo de la mecánica cerebral.
    Estoy de acuerdo en que la idea de un dios personal es necesaria y reconfortante para muchos, pero ¿y si nuestra mente es incapaz de elaborar la idea del dios real? ¿Eso indicaría que no existe?
    Tal vez si fuéramos capaces de captar el infinito con nuestra mente, si fuéramos capaces de captar el Todo y La Nada, nos acercaríamos un poco a "eso" que llamamos Dios.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy con él, nunca alcanzaremos la verdad, la realidad es una construcción de nuestro cerebro material y limitado. Me encantaría que del mismo modo que contamos con potentes telescopios para escudriñar el universo, y sofisticados microscopios y aceleradores de partículas que nos acercan a las partículas elementales y a la naturaleza de la materia, pudiésemos contar con instrumentos que nos permitieran captar el infinito, aunque no sabemos si el poder captar el Todo y la Nada con poderosísimos instrumentos en lugar de acercarnos a lo que llamamos Dios más bien nos alejaría de esa idea definitivamente y aparecerían nuevas ideas de una complejidad difícil de concebir hoy día.

      Eliminar
    2. Aún estamos en los inicios del saber aunque creamos que hemos avanzado bastante. Que será del conocimiento, de la ciencia y la filosofía dentro de mil o dos mil años... teniendo en cuenta lo que se ha avanzado en los últimos trescientos años sólo pensarlo a uno ya le dan vueltas la cabeza.

      Eliminar