DÍAS AL SOL
En los días tranquilos como hoy
yo disfruto la calma, y a menudo sospecho
que es hermosa esta calma porque aún
es probable que vuelva el sobresalto
a otorgarle a este tiempo su condición de tregua.
Cualquier calma es benigna si se vive
como un dulce descanso en la batalla
mientras la guerra sigue, y uno puedededicar esa pausa a curar sus heridas,
a pulir su estrategia, y a soñar la victoria.yo comprendo el prestigio de la calma
mientras miro las nubes, fumo lentos habanos,
y dejo que la música me eleve
a regiones afables de mí mismoPero a veces me asusta el fantasma de un tiempo
que tendrá que venir, y que imagino
solamente poblado de emociones tranquilas,
porque temo que entonces el tabaco
no me dé este placer,
y me aburran las nubes y la música.
Y ese miedo me impida algunos días
disfrutar de las treguas, y me incita a romperlas,
a vivir más deprisa, para intentar al menoshallar algún sosiego en el cansancio
cuando el descanso sea una condena.y aunque tenga prestigio
esa calma que un día ha de venircomo sustrato fértil donde sembrar la paz,
yo temo que la paz sea una flor
difícil de obtener en esa tierra.La plata de los días 1996
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