jueves, 6 de febrero de 2014

El susurro del polvo


Me sobreviviréis
sin excepción, objetos:
lámparas, llaves, vasos,
cuartillas, ceniceros,
líneas rectas y curvas
que ajenas dibujáis
mi camino y mi cuerpo.
Y sobreviviréis
también a la memoria
de todos los que un día
poblaran con vosotros
su lengua y sus vitrinas,
su muda arqueología.
Lo que venga después
no habita en las palabras
y puesto que la tierra
reclama cuanto es suyo
—forma, no sentido—
es inútil trataros
como a un testamento.
El bien y el mal
no pasarán de aquí,
ni el frío, ni el infierno.
Sujeto por la percha
de una interrogación
vivir es predicado.
Y por eso os arrastro
más acá del silencio,
mientras cuelgo mi ropa
usada ya, sin dueño,
en un armario, al fondo,
donde sólo se escucha,
como nieve que cae,
lenta, sin viento,
el susurro del polvo.

Abraham Gragera, Adiós a la época de los grandes caracteres, 2005.


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