viernes, 10 de febrero de 2012

Brújula para navegantes emocionales


"Brújula para navegantes emocionales" de Elsa Punset escritora y educadora en inteligencia social y emocional, en este libro reflexiona y analiza como por medio de la educación las emociones son reprimidas en nuestra infancia, y explica cómo deberían de ser formados los niños para ser más respetuosos con ellos, para que crezcan con confianza en sus posibilidades, con libertad  y ayudando a que se conozcan mejor y puedan llegar a ser más felices. Analiza el mundo de las emociones y la importancia del control de las mismas para ser más felices y hacer frente a las situaciones de la vida y para ello es necesario de una brújula que nos permite navegar por el mundo de las emociones y esta brújula son las habilidades y herramientas que nos proporciona la inteligencia emocional. 

Al mismo tiempo que nos presenta las distintas etapas  de la maduración emocional y social del ser humano, nos proporciona herramientas útiles que nos permite comprender y gestionar el mundo de las emociones y aplicarlas a nuestras relaciones con nosotros mismo y los demás. En cierto modo no dice nada nuevo referente a la inteligencia emocional, el valor que tiene es hacerlo accesible para los que comienzan a adentrarse en este mundo de una forma sencilla. 



CONTRAPORTADA.
En el fondo instintivo de nuestro ser no pensamos, sentimos. Estamos hechos de emociones. A lo largo de los siglos nos habíamos esforzado en domarlas, en encerrarlas en sistemas de vida ordenados y represivos. Ante su dictado sólo cabía resignarse o rebelarse. Actualmente vivimos en un mundo que nos abruma con tentaciones y decisiones múltiples y tenemos que decidir en soledad, sin referentes claros, quiénes somos y por qué nos merece la pena vivir y luchar. Esta nueva libertad reclama la adquisición de una brújula, es decir, de las habilidades y las herramientas que permitan navegar con inteligencia emocional por los cauces imprevisibles de nuestras vidas.
ÍNDICE.
Prólogo.
Introducción
Ca p í t u l o I. La construcción del.
Ca p í t u l o II. La llegada de los hijos.
Ca p í t u l o III. La resolución de los conflictos.
Ca p í t u l o IV. El camino hacia la madurez adulta.
Ca p í t u l o V. Las emociones del resto del mundo.
Ca p í t u l o VI. El aprendizaje del amor y del sexo.
Ca p í t u l o VII. Emociones negativas y ego.
Ca p í t u l o VIII. Emociones positivas e intuición.
Ca p í t u l o IX. El adulto libre: el desaprendizaje.
Epílogo.
Bibliografía básica.
TEXTOS.

"Navegar sin naufragar por el mundo de las emociones requiere una brújula. Porque no basta con amar: hay amar de forma incondicional. No basta con escuchar: hay que escuchar atentamente. No basta con llorar: hay que aprender a superara el dolor. No basta con intentar resolver los problemas de quienes amamos: hay que ayudarles a responsabilizarse y a sobreponerse a los obstáculos. Cuando necesitan una solución no basta con darles nuestra solución: debemos ayudarles a encontrar sus propias soluciones. Si tnemos hjos, no basta con alumbrarles y proyectar en ellos nuestras esperanzas. Necesitan que les eduquemos con amor incondicional y un día, cuando ellos sientan que están preparados para enfrentarse solos a la vida, les dejemos ir en libertad. Para seguir nuesto propio camino, sin miedo". Pág. 17.
"Las emociones negativas, en concreto, son fundamentales para ayudarnos a sobrevivir en un entorno amenazante  potencialmente peligroso. El miedo permite huir o mantenerse inmóvil ante determinados peligros. La ira nos da fuerzas para reaccionar y defender nuestro entorno y a nuestros seres queridos. La tristeza es una brújula muy útil: fomenta la introspección, que nos permite detectar cuándo algo va mal para intentar remediarlo. En este sentido las emociones negativas también cumplen una función positiva en nuestras vidas si aprendemos a descifrarlas."Pág. 36.
"Existen creencias que nos impiden enfrentarnos a los conflictos y a la disciplina de forma positiva. Una de ellas es que el conflicto es siempre, o exclusivamente, negativo. Nuestro entorno fomenta esta visión: el conflicto se asocia en general a la pobreza, a la guerra a la violencia. Esto implica que nos ponemos a la defensiva ante cualquier conflicto, lo cual dificulta su resolución pacífica y tiende a agrandar inmediatamente las proporciones del problema. El conflicto, sin embargo, es un hecho natural e inevitable. No todos los conflictos pueden solucionarse; pero aquellos que sí podrían resolverse exigen que seamos conscientes de que el conflicto tiene aspectos positivos: puede enseñar a transigir, a establecer nuevas relaciones, a aprender a través de la experiencia, a perdonar, a comprender, a ponerse en el lugar de los demás, a cambiar de mentalidad, a llegar a un consenso, a ver el conflicto como una oportunidad de crecimiento...". Pág. 92.  
"Siempre que sea posible, conviene ofrecer elecciones razonables al niño para que ejerza el hábito de elección. Observe qué atrae a su hijo, déjelo tomar iniciativas y anímelo a responsabilizarse de sus decisiones. Los expertos recomiendan, por ejemplo, que los padres no asuman toda la responsabilidad en el caso de los deberes. Ésta pertenece, claramente, al hijo. Esto no significa que no pueda necesitar y reclamar nuestra ayuda en algún momento, pero por regla general el hijo debe sertirse responsable de sus deberes." Pág. 105. 

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