Inmaculada Mengibar
Ahora que no tengo veinte años
ni prisa por vivir deprisa
ahora que llegar tarde a las citas no es una aventura
sino una certeza,
cuando el tiempo parece más amable
y más cruel la conciencia.
Ahora que sé cierto cuanto me negaban
y me negaron incluso la certeza,
¿de que me sirve la razón?,
ese gesto bondadoso y torpe
que tantas veces me fue negado
para satisfacer de nuevo la conciencia.
No, ya no me interesa la razón
ni la amable cadencia de los versos,
ahora prefiero ser dueño y señor
de todos y cada uno de mis errores,
esas pequeñas verdades que no se conceden
se conquistan.
Uberto Stabile, "Los días contados" (1998-2000)
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